viernes, 30 de marzo de 2012

Hoy es Viernes de Dolores

Hoy es Viernes de Dolores y me he acordado de ella. El viernes de antes al Domingo de Ramos ella solía invitar a las vecinas y a sus nueras a tomar café. Y servía sus dulces de Semana Santa recién hecha: roscos y flores. Ofrecía, claro está, los más jugosos, los más tiernos.

Hay que demostrarles a estas brujas que los roscos de tu abuela son los mejores. La Doloricas los hace bueno pero les echa vino y jamás de la vida se le ha echado vino a los roscos en el Cortijo. Y encima los hace muy chicos... Mari, ¿me bajas la cafetera grande? Y sube las sillas del sótano. Niño, avísame a la Josefina, a la Loli, a la Rosario. Cómete otro, prenda, que luego se los comerán están locas.

Y así pasamos muchos Viernes de Dolores, entre cafeteras y viejas que se iban enlutando con el paso del tiempo, recordando cristianas recetas de un Cortijo que dejó de vivir muchos años atrás, entre cajas de roscos y antiguos pasodobles susurrados. Ay, Lolica, dónde quedaron tus roscos y tus flores del Viernes de Dolores.

2 comentarios:

nere dijo...

Viernes de Dolores... en mi casa, mi yaya hacía también sus postres. Un año a mi madre se le ocurrió juntar a su madre (mi yaya Paca) y a su suegra, mi yaya Emilia. Nada bueno... que competición andaluza-extremeña por ver cómo se hacían los dulces, cuáles eran mejores... cuáles se terminaban antes.

En mi casa también vivimos muchos viernes de Dolores como los que cuentas. Recuerdos...

la gata chundarata dijo...

pues sigue en ti, y en mi que leo esto, aunque yo no tuve la suerte de conocer a la abuela Lola no de degustar esas joyas de la gastronomía y la memoria...
lindo post